A todos nos ha impactado, en mayor o menor medida, la situación que se está viviendo con la COVID19.
Querer rendir homenaje a los que se han ido de nuestro lado, sobre todo teniendo en cuenta que no hemos podido despedirnos de ellos, es un acto bonito que sólo debería aportar un sentimiento de paz, y quizá también de agradecimiento.
Quiero pensar que esta ha sido la intención del Ayuntamiento de Madrid, que ha instalado un pebetero en memoria de los que se han ido por culpa de esta enfermedad que está resultando tan cruel.
Voy a dejar de lado el tema de que la llama eterna haya durado, parece ser, menos de 24 horas…
¡Pero la tipografía! La tipografía sí que no quiero dejarla de lado. La que han seleccionado es la fuente HOBO STD. Es esta:
Se trata de un tipo redondeado, con cierto movimiento, y que en realidad puede resultar incluso divertido de utilizar para textos que hagan referencia a ideas o acciones lúdicas, informales. Y siempre que se tenga en cuenta que si el texto es muy largo, la facilidad lectora se pierde.
Se me escapa totalmente el motivo por el cual se ha escogido esta tipografía, dado el tipo de mensaje del pebetero. ¿Es posible que se fijaran sólo en el aspecto estético? Lo que está claro es que el mensaje no cuadra en absoluto con la tipografía y que esta elección ha convertido casi en una ofensa lo que debería haber sido un homenaje. Nadie pensó en pedir un asesoramiento grafológico.
ORIENTACIÓN GRAFOLÓGICA
En casos como este molesta que no se haya solicitado una orientación grafológica para escoger bien la tipografía. Los grafólogos entendemos las letras no solo por su aspecto visual, sino también por su significado y las emociones asociadas.
Casos como este me llevan a pensar la importancia de que los grafólogos continuemos explicando cuál es nuestro trabajo, dándolo a conocer y normalizándolo, de manera que la aplicación de la grafología nos ayude a cuadrar las intenciones con los hechos.
Desde luego vaya chufa hicieron con esa tipografía, estoy totalmente de acuerdo contigo🤦🏻♀️🤦🏻♀️🤦🏻♀️🤦🏻♀️.
La verdad es que no parece que se hayan esforzado mucho.
¡Un saludo!